El enfoque clásico de la mayoría de las entidades financieras ha sido el de mantenerse al margen de las inversiones realizadas con su dinero, una vez concedida la financiación, esgrimiendo la máxima «somos una entidad financiera, no somos socios» o «nuestro negocio es el financiero, no podemos pretender entender de todo» cantidades ingentes de dinero han sido y siguen siendo concedidas en base a un análisis que fundamentalmente se basa en los datos contables que publican las propias empresas a las que se les conceden los préstamos.

La monitorización de inversiones pretende cambiar este concepto, aportando un control mucho mayor sobre el destino y forma de utilización de los fondos prestados al objeto de optimizar su uso y asegurar su buen fin.

Como bien argumentan las entidades no se puede entender de todos los negocios y efectivamente se deben especializar en su core bussines que es el de entidad financiera, pero ninguno de los dos asuntos supone un problema para que se pueda realizar una monitorización de la inversión.

La monitorización es realizada por projects manager expertos en gestión empresarial y se divide principalmente en tres fases:

– Inicial o Kick off: en esta fase se realiza una análisis previo paralelo al tradicional y se estudia el negocio a realizar con el dinero, teniendo en cuenta aspectos empresariales y no solo financieros, tales como marketing, RRHH, medios técnicos…  si el análisis es favorable se establece el acta de constitución del proyecto en el que se marcan los hitos clave del desarrollo del plan para el que ha sido concedida la inversión o el plan global de la empresa, según sea el caso.

– Monitorización: se lleva un control del avance no solo de la inversión sino de la ejecución de los planes planteados y se ayuda a la ejecución de los mismos, con la intervención en algunos  casos de equipos especializados en desarrollo ágil y equipos de intervención rápida que ayudan a cumplir los objetivos.

– Cierre: se analiza lo ocurrido y las diferencias respecto a lo planeado y se hace un plan de mejora de procesos tanto para la empresa como para la entidad financiera ayudando a mejor los sistemas de monitorización.

Como se puede ver la monitorización no es un sistema plano en el que únicamente se deba verificar si se ha realizado o no determinado pago, es algo mucho más profundo que aporta no sólo la seguridad del buen fin de los fondos, sino que permite actuar a tiempo para poder cambiar situaciones que pongan en riesgo la inversión.

La monitorización de inversiones debería ser utilizada de forma recurrente para todas las financiaciones al objeto de no repetir errores del pasado, pero ¿serán las entidades financieras capaces de imponer estos requisitos? o ¿la competencia con las otras entidades les hará rebajar sus exigencias?

Esta página web utiliza cookies propias y de terceros para fines funcionales (permitir la navegación web), para optimizar la navegación y personalizarla según tus preferencias así como para mostrarte publicidad en base a tu perfil de navegación. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para más información

ACEPTAR
Aviso de cookies