A nadie se le escapan las nuevas estadísticas que nos informan de la nueva tendencia del mercado hacia el alquiler en sus diferentes modalidades. Por otro lado las entidades financieras, se están dando cuenta paulatinamente de que tienen que realizar acciones alternativas a la venta, al objeto de minimizar el impacto de su inmovilizado durante el tiempo que va a permanecer en sus balances (bien en forma de activos o de préstamos) no solo por la rentabilidad que pueda generar, sino porque se ha convertido en un sistema de colocación de los activos, pues los mercados se comienzan a parecer más a los europeos y los inversores que buscan rentabilidades fijas con un activo que las soporte han entrado en el mercado con mucha fuerza.
Ha sido un largo camino el andado para que se haya comenzado a cambiar el punto de vista de las EEFF, la antigua forma de pensar de «este no es mi negocio» o «yo me dedico solo a prestar dinero» está comenzando a dar un giro para adaptarse a mercados mucho más dinámicos que cambian casi a diario y en los que hay que conocer no solo a quién prestar y en qué sector hacerlo, sino porqué el sistema utilizado va a ser exitoso o un fracaso.
En esta línea el facility management requiere, al igual que otros negocios, unos sistemas de gestión y control que permitan al que ha prestado o invertido en ese negocio conocer la marcha exacta del mismo al segundo, estos sistemas que fomentan la transparencia sirven además para poder realizar la venta del producto a pequeños y grandes inversores, facilitando enormemente la venta del inmovilizado.
No todo producto debe ser enfocado en la línea del facility management, sino tan solo un parte del portafolio, lo que requiere un análisis estratégico previo.