En la experiencia que tenemos en la gestión de proyectos inmobiliarios para entidades financieras hemos observado que estas están explorando diferentes modelos de gestión para finalizar o llevar a cabo proyectos.
Entre los modelos destacan la promoción por una empresa constructora y la promoción con la dirección de un project manager. Las dos empresas con el mismo objetivo entregar un proyecto terminado llave en mano y con licencia de primera ocupación. Entonces, la pregunta es, ¿si hacen lo mismo, para que hacerlo con un project manager si implica otro coste?
La cuestión es la diferencia de afrontar el proyecto por cada empresa y el resultado que se va a obtener, ya que en muchas ocasiones lo barato sale caro.
Para comenzar la selección de una constructora suele ser una elección realizada a dedo entre los buenos clientes constructores de la entidad financiera mientras en un proyecto gestionado por un project manager se realizará un concurso entre varios buenos clientes constructores de la entidad. Ya en este punto las empresas afinaran mucho mejor su oferta y estudiaran de forma más minuciosa los costes de la licitación (el ahorro ya en esta fase es cinco veces superior a la contratación del project manager.)
En segundo lugar el objetivo de un project manager es la finalización de proyectos en el menor tiempo posible, al menor coste y mejor calidad, una empresa constructora sin control ha demostrado no ser tan eficiente en costes.
La visión del proyecto de un project manager es más global y atenderá no sólo a aspectos de la ejecución del proyecto, sino también a temas fiscales, financieros, comerciales y administrativos. Ya que coordina todas esas funciones.
Al final la entidad financiera lo que quiere es que a igual calidad le cueste menos. La prueba es sencilla. Pedir el presupuesto de un proyecto a una constructora y a un project manager.