No es ningún secreto que, la gran mayoría de los proyectos que actualmente tiene problemas, cuentan con un denominador común, la falta de actitud.
Dicha falta de actitud nos es casual, ha sido provocada por los difíciles tiempos en los que vivimos, donde la pared que levantamos un día, es derribada al día siguiente.
Incluso algunas de las empresas más punteras con proyectos de gran éxito se han ido transformando con el avance de la crisis y las dificultades en auténticas pesimistas sin ningún tipo de actitud, lo que provoca la quiebra de los proyectos, e incluso de las empresas.
Alguien sin actitud afronta los problemas de forma negativa y no encuentra alternativas de salida, lo que agrava aún más la situación.
El denominador común es también, en algunas de ellas el mismo: “el culpable es la entidad financiera”, lo que vuelve a sumir el proyecto en otra nueva dificultad, pues es el colaborador necesario para poder salir de una situación complicada.
Como se preguntan nuestros expertos en recursos humanos cada día
¿Qué hay que hacer para recuperar la actitud en el promotor del proyecto? ¿Cómo puedo ser capaz de que continúe y no tire la toalla? ¿Cómo restablecer la relación de confianza perdida entre financiador y empresario?
Generalmente solo hay una respuesta para esta pregunta con ilusión, con un proyecto reinventado por el que realmente merezca la pena luchar.
Recuperar la ilusión es recuperar la actitud y con ella tenemos medio proyecto ganado.